Hotel Lemik

Llegamos a las 14:00’ más o menos y lo 1º que nos sorprendió fue que la recepción estaba cerrada ( 9h - 12h de L—V) . Era la 1º vez que nos topábamos con algo así pero la puerta de entrada pone un nº de teléfono y enseguida entramos y ahí nuestra tarjeta de habitación . Nos toco una de las mejores habitaciones del hotel la 31 . Habitación grande , cama súper grande y decoración moderna o sea perfecta. En el bar - restaurante no hay comidas pero si cenas y quien pueda probar las hamburguesas me lo agradecerá , nos sirvieron pronto aunque el bar estaba casi lleno. El desayuno si más, para comer algo justito… Está en una zona céntrica y el hotel no tiene parking pero se puede aparcar en la zona gratis.Hay que tener en cuenta que está en una zona con bastantes bares y nadie te va a quitar el ruido de la animación . Si no te vas pronto a la cama no habrá problema .

Es la primera vez que reservo en un hotel y a la llegada nadie me espera, me encuentro la puerta cerrada, nadie responde al teléfono y me paso un cuarto de hora plantado con las maletas en puerta. En la puñetera calle hasta que el paisano aparece hablando por su movil, pero sin prisa, oye. La habitación no está mal, pero como necesites algo... Se siente! el telefono no funciona y tampoco hay nadie en recepción. Además hace un frio que pela, la calefacción por aire es insuficiente y su manejo solo está al alcance de usuarios pro. No la entienden ni ellos. Mi reserva era con desayuno incluido... ¡Pero en el bar de enfrente! En fin, una experiencia un tanto surrealista.

Este pequeño hotel está situado en la plaza del pueblo y esto es importante por si coincide con fiestas o algún otro evento. Teníamos una reserva de cinco habitaciones, dos de las cuales eran las llamadas "Deluxe". Hasta aquí todo perfecto, habitaciones grandes, luminosas y bien equipadas. Los problemas empiezan cuando nos damos cuenta que en una de las habitaciones Deluxe, la puerta de la ventana no cierra. Avisados en recepción, no consiguen solucionar el problema, el resultado es que los huéspedes de esa habitación tuvieron que pasar la noche sin el confort adecuado, en cuanto a insonorización, climatización... El siguiente problema, vino con el desayuno. Teníamos desayuno encargado para nueve personas. Tuvimos que esperar muchísimo tiempo para que nos sirvieran, todo muy lento y poco profesional. Una pena.

Habitaciones amplias y cómodas. Tardan una barbaridad en servir los desayunos. Pernoctamos en la habitación número 32 con denominación "Deluxe". La puerta de la ventana estaba desencajada, lo que impedía el correcto cerramiento. Adiós al aislamiento acústico y térmico. Comunicada la incidencia no es posible el cambio de habitación. Nos dicen que "intentarán" enviar a alguien para solucionarlo. Nos fuimos al día siguiente sin recibir asistencia alguna. El problema tiene pinta de ser antiguo. Atentos si os dan la 32.