Oliwood

Pésima experiencia, muy sucio todo, olor insoportable, instalaciones en nefastas condiciones, lleno de cucarachas y bichos. Sin aire acondicionado, solo unos ventiladores cochambrosos del año de Franco, que además de funcionar mal, hacían mucho ruido, las noches insoportables. La luz funciona con generadores, con lo que la potencia era mínima, el frigo casi calentaba (en vez de enfriar) ni el micro ni el horno funcionan, la hornilla si funciona (butano) Solo dos piscinas de plástico pequeñas para los niños, en la piscina de obra (también pequeña) los niños tienen prohibido el acceso, seguro para que nó molesten a las cucarachas, mientras ellas disfrutan del baño La playa está muy cerca y es muy bonita pero no es para bañarse porque es para surfistas ( hace muchísimo viento los 365 días). Estábamos dispuestos a perder la señal pero fue imposible encontrar otro alojamiento ( éramos 12 adultos y 4 niños) así que tuvimos que aguantar. Me siento muy engañada y decepcionada.

En un entorno paradisiaco están las casitas de madera de Oliwood, a 50 pasos de la playa más bonita del Mediterráneo. Las casitas tienen todo lo necesario para tener una estancia cómoda y agradable. La atención por parte de Carmen maravillosa. Fue llegar, y soltar el estrés, Oliwood es el paraíso! Volveremos este verano.

Íbamos mi pareja, mi perra y yo. Todo listo para pasar una semana en la playa donde creíamos que lo íbamos a tener todo. Nuestra sorpresa la encontramos al llegar al lugar. Estuvimos una noche y al día siguiente nos marchamos. La primera impresión fue de completo abandono tanto en los alrededores como en los propios alojamientos. Disponen de una gran cantidad de espacios, la mayoría de los inertes, devastados y desatendidos. Pero lo mejor fue la estancia en la cabaña. Hacia mucha calor y pedimos a Carmen un ventilador que nos dio llenísimo de polvo y asqueroso (repartía gérmenes más que dar aire). Tras eso observamos un poco las instalaciones a fondo y vimos que el césped estaba podrido con muchísimas lombrices (algo preocupante para nuestra perra), la madera en el mismo estado y en general todo. Los sofás de mimbre podridos, negros y con bichos que los recorrían por fuera y por dentro. El hule de la mesa ***** con telas de araña y huevos de insecto. El frigorífico oxidado, el somier de la cama amarillo, la vajilla sucia… y bichos por todas partes. Mi perra cogió garrapatas aún llevando su collar y todo en regla. En fin, el peor día de mi vida sin duda, además habíamos hecho 500km de viaje para eso… deprimente y Carmen pretendía que yo explicara a la persona de la limpieza QUÉ HABÍA QUE LIMPIAR. Se quedó con la fianza, es decir, pasar la noche nos costó 100€. Los 100€ pero invertidos nunca en unas vacaciones, puesto que en ese estado pasar la noche así no los vale. Pasamos muchísima calor. No hay aire, los mosquitos nos comían en todas partes. Espero no se lleven la misma sorpresa que nosotras.