La Casona del Pinar Albergue

No volveré y no lo recomiendo en absoluto. Hemos celebrado nuestra reunión familiar este año en La Finca La Casona. Somos 12 personas entre adultos, con una persona anciana y niños y hemos pasado un frío tremendo. No había calefacción en las zonas comunes y en las habitaciones había un solo split que estaba apagado cuando nos fueron la habitación. Cuando llegamos a las 14:30 la mayor parte de las habitaciones no estaban listas. Cuando las repartimos nos dimos cuenta de que nos sobraba una habitación porque los niños no querían dormir en una habitación solos. Le preguntamos al chico de recepción (súper amable) y nos dijo que no había ningún problema en cancelar esa habitación y reembolsar el dinero. Que le pidiésemos el reembolso al jefe. Obviamente no utilizamos la habitación y se lo solicitamos al jefe al día siguiente. El jefe nos dijo que nos teníamos que quedar con esa habitación para el segundo día. Y respecto al primer día, nos devolverían el dinero de la primera noche se la cobrarían al chico de la recreo. Que “la letra con sangre entra”. Creo que sobran las palabras. Por otro lado, las pistas deportivas, razón por la fuimos con los niños, estaban cerradas, cosa que no nos habían informado.

Excelente lugar para descansar. La habitación suite con jacuzzi excepcional. La atención del personal es de 10. Estuve el fin de semana con mis compañeros del Motoclub Silver Reader y nos trataron genial. Volveré con la familia sin duda. Gracias por acojernos.

Buscaba un lugar para pernoctar una noche y di con esta Finca. Muy buen precio para una noche en una habitación triple. (75€) Un lugar retirado de fácil acceso. Excelentes vistas. Personal muy amable. Excelente desayuno a muy buen precio (9,50€). Carta extensa. Buenas ofertas (Chuleta de vaca de 1kg + botella de vino = 39€).

Hicimos una parada técnica en este hotel a medio camino de nuestro destino. Tiene aparcamiento dentro gratis y piscinas, una para niños y otra más profunda (a destacar la zona de vestuarios que parecía sacada de los años 50). Tienen 2 tipos de habitaciones, las premiun que están reformadas y las de albergue, a nosotros nos tocó una de albergue. Estas habitaciones están en 2 bloques grandes alejados de recepción y parece un antiguo hospital del tórax. La habitación era HORROROSA (así con mayúsculas y sin exagerar): puertas de los años 60 mal repintadas, paredes de gotelé amarillo, cerramientos de hierro, colchón incómodo de muelles, y mención aparte para el baño destartalado y completamente blanco, a destacar las “preciosas” colchas naranjas de 1990 y el hueco de armario sin puertas con una kallax dentro. Por lo menos tenía un balcón grande desde el que se veían árboles, era grande y había ascensor. Lo único que me gustó fue el chiringuito donde cenamos unas ricas hamburguesas y la camarera que es un encanto. Y que había una zona de columpios aunque estaban bastante viejos. Es una pena que un sitio con ese potencial esté así, si cada año reformaran 10 habitaciones sería un complejo estupendo.

Es un sitio muy agradable, con una terrazas fantástica, y sorprendentemente nos echaron a varios clientes y a nosotros por ir con un perro. Más de cinco mesas nos tuvimos que ir después de la recriminación del camarero que, amablemente nos dijo que "lo sentía pero no podíamos estar con el perro". El cualquier terraza nos dejan siempre que el perro no moleste. . ¿Por qué aquí no?

Bueno: localización, la ducha de lluvia, el restaurante Malo: zona de piscina abandonada, habitación pequeña y con desperfectos, la ventana de la habitación es enana podrían poner balcones para disfrutar mejor del entorno, desayuno bien pero escaso en variedad (no le quedaban croissant, bollería), la atención al cliente es mínima (no nos dijeron ni que estaban en fiestas cuando preguntamos qué se podía hacer), la zona infantil tiene muchos rotos (el tobogán, el sube-baja, el caballito). Para salir de Madrid una noche y desconectar está bien, pero no me quedaría una estancia más larga.